Desde mi ventana contemplo la lluvia que cae suave,
que limpia la obscura atmósfera
y le da color a los parques.
Mi estado de animo se calma
mi expresión se relaja
y siento la "morriña"
de mi Galicia lejana.
Pero ... en esa mi tierra
marinera por excelencia
¿que sentimientos tendrán
los que a la mar no pudieron zarpar?
Esa alerta naranja, les encoje el corazón
pues los que están en la mar
no se sabe si regresaran...
¡Son hombres de gran valor!
y le piden con devoción a su patrona y guia
que siempre les acompañe,
por la noche y por el día.
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