Hoy mi corazón está lleno de melancolía,
este día lluvioso me trae dulces recuerdos
de la bonita infancia que viví en mi Galicia.
Mi infancia transcurrió entre la escuela y la Iglesia,
y la hera de mi casa donde con mis amigas jugaba.
Entonces no teníamos centro social,
pero sí muchas ganas de progresar, y
en el"atrio" (patio) de la Iglesia nos reuníamos a jugar,
el cura muy benévolo nos enseñaba a cantar,
a recitar bonitos versos y a entender que la adolescencia
es una incomoda etapa, pero con su ayuda
y la familiar no es tan difícil de llevar.
En esa parte del Cantábrico que da vida a nuestra aldea
es un espectáculo único cuando sube o baja la marea,
no decae su hermosura si se muestra embravecido
llenando de espuma blanca las rocas
y también las barcas que en el pequeño puerto natural
se encuentran fondeadas.
Cundo la lluvia fina e intensa nos impedía ver el faro
pero en la lejanía sentíamos las bocinas de los barcos,
todos sin mediar palabra a la Virgen del Carmen
le dábamos las gracias,
pues siempre algún padre o hermano en esos barcos faenaban
3 comentarios:
HOLA CELI;
La melancolía,los recuerdos,la infancia y sobre todo nuestra tierra o " nuestra segunda tierra",hace que los recuerdos pasen por nuestra mente y recapacitemos en todo lo vivido, fueron otros tiempos diferentes,pero que se grabaron en nuestra mente para siempre, y que a menudo nos hace sentir esa melancolía, de cuando eramos niñas.
Un abrazo.
Rosa.
Hola Celi;
Vuelvo para decirte,que Piedad es mi tía, posiblemente te habías dado cuenta, pero por si no es así,somos tía y sobrina, en definitiva más bien somos como hermanas,hemos estado toda la vida juntas,de jóvenes hasta salíamos en el mismo grupo de amigas.
Un saludo.
ROSA.
Hola Celia!hace tiempo que no entraba en tu blog y me he encontrado con cosas muy bonitas. precioso lo de tu tierra. sigue escribiendo que lo haces muy bien. Un abrazo.
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